Terapias para niños y adolescentes

La infancia, es una fase evolutiva de gran importancia, marcada por constantes cambios en el desarrollo físico y psicológico del niño. Es el momento en que empieza a formarse su identidad y donde el aprendizaje juega un papel central.

Hay ocasiones en las que los niños aún no han desarrollado los recursos psicológicos necesarios para afrontar las nuevas experiencias y situaciones que se plantean, lo que puede dar lugar a manifestaciones de malestar emocional, que se expresan a través de la aparición de conflictos, comportamientos inadecuados, desajustes emocionales, como pueden ser: los miedos, la falta de control de las emociones, la timidez o las rabietas, entre otros.

Los niños expresan su malestar de forma diferente a como lo puedan hacer los adultos, a veces, debido a la interpretación que hacemos los adultos de los problemas infantiles, nos cuesta más identificarlos

La terapia psicológica infantil puede ayudar a encontrar el origen del malestar en el niño y junto con las personas de su entorno más cercano (familia, colegio…), guiar el proceso de cambio que le lleve a dar respuestas más adaptativas a lo que le está sucediendo.

La adolescencia, es sin duda, otra etapa del desarrollo a la que debemos prestar especial atención. Se considera una etapa de transición de la infancia a la edad adulta, que conlleva un proceso de cambio e identificación destinado a desarrollar nuevas estrategias de adaptación al entorno y al status propio del adolescente. Sin ser necesariamente un periodo crítico, la adolescencia es a menudo la edad de aparición de los principales conflictos psicológicos: dificultad para aceptar la propia imagen, problemas en el entorno familiar y en las relaciones interpersonales, falta de orientación académica o profesional, inadaptación social, etc.